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Llamamiento a Una Vida de Santidad
Fondo Bíblico: 1 Pedro 1:1-25
Verdad Central: Las recompensas presentes y futuras de una vida de santidad sobrepasan enormemente las tribulaciones que tengamos.
Texto Áureo: Como aquel que os llamó es santo, sed también santos en toda vuestra manera de vivir. 1 Pedro 1:15
Objetivos del aprendizaje
1. Reconocer la importancia de la obediencia en una vida de santidad
2. Descubrir la realidad del gozo en medio de las tribulaciones.
3. Admitir que es necesario luchar por una vida sobria y santa en tiempos tan malos.
4. Permitir que el poder purificador y santificador del Espíritu Santo obre en nuestra vida.
BOSQUEJO GENERAL
I. Una esperanza viva
A. Lo trágico de la desobediencia
B. El triunfo de la confianza
II. Una fe gloriosa
A. Diversas pruebas
B. Gozo inefable
III. Una vida santa
A. Rescatados de la vanidad
B. Purificados en la verdad
INTRODUCCION
Policarpo, obispo de Esmirna, murió como mártir cerca del año 155 d.C. Su nombre fue impreso con tinta indeleble en las páginas de la historia como un ejemplo de que una vida santa puede preparar al cristiano para una muerte santa.
Las siguientes expresiones vienen del dialogo que Policarpo sostuvo con el procónsul poco antes de ser llevado al poste en que fue quemado. Lo habían arrestado y llevado ante el concilio, y muchos habían tratado de persuadirlo a que se retractara.
— ¿Qué hay de malo en llamar "Señor" a César, ofrecerle incienso y todo lo demás, con tal de que salves tu propia vida? — le dijo alguien —. Pero el santo obispo no aceptó tal sugerencia.
El procónsul se acercó a él y le dijo:
— Respeta tu edad. . . Jura por el genio de César. . . Jura y yo te dejaré en libertad. . . Maldice a Cristo.
— Por ochenta y seis años le he servido — dijo Policarpo — y nunca me ha hecho ningún mal; ¿cómo, pues, he de blasfemar contra mi rey, quien me ha salvado?
— Persuade al pueblo — le insinuó el procónsul.
— No considero digna a esta turba de que yo me defienda ante ella — replicó el fiel anciano.
— Tengo fieras allí encerradas — le dijo el procónsul —. Si no te retractas, mandaré que las saquen y te arrojen a ellas.
— Pues si no les tienes miedo a las fieras — dijo el procónsul — mandaré que seas consumido por el fuego; a menos que te arrepientas.
— Tú te atemorizas por el fuego que arde por una hora y luego se apaga —respondió Policarpo —, porque no sabes del fuego del infierno, reservado para los impíos. Pero ¿por qué te demoras? Haz lo que quieras.
Las epístolas de Pedro fueron escritas casi cien años antes de la muerte de Policarpo. Pedro escribió durante la persecución neroniana, poco después del incendio de Roma. Quizá las palabras de aliento de Pedro hayan dado esperanza al anciano obispo de Esmirna. Esas mismas palabras siguen produciendo aliento y fe hasta el día de hoy.
EXPOSICION BIBLICA
I. Una esperanza viva 1 Pedro 1:1-5
A. Lo trágico de la desobediencia
Pregunta: ¿A quiénes se dirigió Pedro con su carta?
La opinión casi unánime parece favorecer la idea de que los lectores de Pedro fueron cristianos tanto judíos como gentiles. Si esto es así, entonces hay razón para el gozo y el dolor que se nota en los versículos iniciales.
La palabra "dispersión" viene del término griego diáspora, con el cual originalmente se hacía referencia únicamente al destierro de los judíos. El destierro de Israel fue el castigo que Dios le dio por su desobediencia a la ley. Esto lo encontramos en Deuteronomio 28:25; 30:1. Esta misma idea se repite constantemente en los escritos de los profetas (Jeremías 8:3; 16:15; Ezequiel 4:13; Óseas 9:3; Zacarías 10:9). Esta dispersión de los judíos sucedió por causa de su desobediencia, pero Dios la usó para beneficio de los gentiles (Salmo 67; Miqueas 5:7,8; vea especialmente lo que enseña Pablo en Romanos 9:11).
El dolor contenido en el saludo de Pedro consiste en que hubo un tiempo en que los "elegidos" eran únicamente los hijos de Israel. Deuteronomio 7:6 y 14:2 señalan que Israel habría de ser un pueblo especial para Dios por encima de todos los pueblos que habitan sobre la tierra. Los judíos no cumplieron la voluntad de Dios expresa en el Antiguo Testamento, por lo que Él tuvo que enviarlos en cautividad para que la profecía se cumpliese. Luego, cuando vino el cumplimiento del tiempo y Dios envió a su Hijo como el Mesías de los hijos de Israel, éstos rechazaron a Jesús y lo crucificaron.
Pregunta: ¿No sabía Israel qué le sobrevendría como consecuencia de su desobediencia?
Cuando Dios entregó la ley al pueblo describió también las bendiciones para los que la obedecieran y las maldiciones para los desobedientes (Deuteronomio 28). Con mucha frecuencia y mediante cuadros ilustrativos, como la asombrosa historia de amor de Oseas, Dios hizo saber que amaba a Israel con amor eterno (Jeremías 31:3). Pero a pesar de eso, la nación se habla ido tras otros amantes y se olvidó del verdadero Amor de su vida.
¿No aprendemos nosotros una gran lección cuando vemos retrospectivamente las fallas de Israel (1 Corintios 10:1-11)? En el saludo inicial de Pedro el término "elegidos" ya no correspondía a Israel solamente. Ahora Israel había quedado a un lado "hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles’ (Romanos 11:25).
Igual que Israel, nosotros hemos sido llamados a una vida de santidad Esta es una responsabilidad que no podemos hacer a un lado. Dios ama mucho a Israel; no obstante, castigó su desobediencia. Lo mismo puede suceder con nosotros.
Enseñanza práctica
En Jeremías 7:23, 24 encontramos un marcado contraste con la obediencia. Allí el profeta describe el resultado de la desobediencia a los mandatos el consejo de Dios. "No oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante."
La desobediencia destruye la santidad y conduce a una vida impía. Donde existe desobediencia no puede haber santidad. La santidad delante de Dios exige una devoción íntegra a su Palabra y su voluntad. Nuestros fracasos en cuanto a la santidad casi siempre arrancan de una falta de obediencia en algún aspecto de nuestra vida. Por tanto, vale la pena que con regularidad hagamos un inventario de nuestra vida para ver en qué estamos fallando.
B. El triunfo de la confianza
En la carta de Pedro, el término diáspora adquiere un nuevo sentido. Ya no se trata de la "dispersión" de los judíos únicamente. En ella se incluye a cristianos judíos y gentiles que se encuentran diseminados por todo el mundo. Para ser más específico, todos los cristianos son llamados "elegidos" de Dios.
Pregunta: ¿Qué significa ser "elegidos" por Dios?
Israel fue escogido como ejemplo de los que lo rodeaban. No fue un pueblo electo por lo que era sino por el puro amor de Dios. El lo escogió para que le sirviera, pero según la historia Israel le falló.
Nosotros también hemos sido escogidos y salvos, "no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia" (Tito 3:5). Ser escogidos por Dios es un gran honor que conlleva grandes responsabilidades. ¿Qué dirá la historia acerca de nuestra respuesta a Dios?
Pregunta: ¿Cuál otro distintivo especial les da Pedro a estos cristianos?
El apóstol usó también el término "extranjeros" o peregrinos. Esta palabra se aplica a una persona que se encuentra lejos de su tierra. Se usa especialmente para designar a los que Dios ha escogido: a los cristianos, cuyo hogar no está en este mundo. El escritor de Hebreos dijo: "No tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la porvenir" (Hebreos 13:14). Igual que Abraham, estos exiliados electos por Dios buscaban una ciudad "cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hebreos 11:10).
La herencia que Dios ha reservado para sus hijos nunca será dañada por los estragos del tiempo. Durante nuestra breve estancia aquí somos guardados por medio de nuestra fe en el Señor. La resurrección de Cristo no solo garantiza la nuestra sino también nos asegura la herencia que tiene para los que le aman y se consagran a él por fe.
II. Una fe gloriosa
1 Pedro 1:6-12
A. Diversas pruebas
La palabra "diversas" del versículo 6 da la idea de "muchos colores casi siempre se traduce por "vanidad. Aquí se refiere a las distintas clases de pruebas y tribulaciones que tenían estos cristianos primitivos. Además anticipadamente la recuperación de su salud y fuerza. De igual manera los cristianos pueden soportar cualquier prueba que les venga como resultado de su fe. Eso es porque ven de antemano el gozo de la gloria eterna al lado de su Salvador.
Nosotros también podemos resistir las pruebas cuando tenemos una clara perspectiva. Podemos considerar los sufrimientos de este mundo como poca cosa cuando los comparamos con la gloria que está por venir. También debemos recordar que muchas de esas pruebas son "momentáneas" (2 Corintios 4:17). Sabemos que todo esto sucede bajo la mirada vigilante de nuestro Padre celestial y nunca será más de lo que podamos resistir (1 Corintios 10:13).
Enseñanza práctica
Job es un ejemplo clásico de los que han pasado por la prueba de su fe en Dios. Tan terrible fue la que sufrió que casi no podemos comprender la profundidad de su perspectiva reflejada en sus propias palabras: "Mas él conoce mi camino; me probara y saldré como oro" (Job 23:10).
Job pudo reconocer y aceptar el proceso de refinamiento que le fuera impuesto por sus atribuladas circunstancias. ¿Y cuál fue su recompensa? Dios le duplico su fortuna y le dio una familia nueva.
¿Cuál debe ser entonces nuestra perspectiva cuando surgen las pruebas? Debemos pensar como Santiago:
"Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. . . Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman (Santiago 1:3,12).
Podemos resistir las tribulaciones que vengan a raíz de nuestro testimonio cristiano cuando tenemos una Persona un ejemplo que nos inspire. No cualquier persona. Para fines eternos debemos contar con un ejemplo perfecto Se nos habla de un ejemplo así en Hebreos 12:2: "Puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe. Cuando estemos frente al peligro o punto de desmayar, debemos recordar todo lo que padeció Jesús para darnos la salvación.
B. Gozo inefable
Pregunta: ¿Cómo puede una persona amar a alguien a quien no haya visto?
En Génesis 24 encontramos la bella historia que cuenta cómo Abraham envió a su criado a buscarle esposa Isaac. Cuando Rebeca fue escogida se le pidió que le creyera a un hombre que nunca había visto, viajar a un lejano lugar del que no regresaría y querer a un hombre que no conocía. La única prueba que ella tenía eran las riquezas de Isaac, las cuales el criado le había donado y las descripciones que el criado le había dado. Al final del largo viaje, el criado entregó a Rebeca a su novio.
Hay una bella ilustración en esta historia. Dios el Padre envió al Espíritu Santo a buscar esposa (la iglesia) por su Hijo Jesucristo. Los que responden deben creer lo que Dios ha dicho por inspiración del Espíritu Santo. Esto han sido invitados a hacer un largo viaje y constituir la esposa de Alguien a quien no han visto.
El amor que un creyente siente por Cristo resulta de la obra que Dios ha realizado en él en la conversión. Es un amor que viene de las infalibles descripciones que da Dios por el Espíritu Santo en las Escrituras. Por eso, aunque no hayamos visto a Jesús, sabemos por la Palabra de Dios cómo es él Nuestro corazón anhela que llegue el día en que podamos verlo y recibir de El la salvación de nuestra alma.
Enseñanza practica
Desafortunadamente, para muchos cristianos profesantes el creer es una actitud secundaria en lugar de ser una entrega total. Muchos viven de una idea religión superficial, en lugar de estar profundamente compenetrados de la verdad que profesan.
Nuestra aceptación de Cristo debe ser mucho más que una mera creencia o asentimiento mental de la verdad del evangelio. Debemos identificarnos plenamente con El al grado que seamos los auténticos representantes de su vida y sus enseñanzas.
III. Una vida santa
1 Pedro 1:13-25
A. Rescatados de la vanidad
Pregunta: ¿Qué entendemos por la expresión "por tanto" del versículo 13 en relación con el pasado?
El cristiano no debe perderse en las memorias del pasado ni en los sueños del futuro. Debe recordar siempre que se encuentra peleando "la buena batalla de la fe" en el presente. Dios nos recuerda el pasado (1 Corintios 10:1-13) y nos habla del futuro para animarnos a vivir en santidad.
En el versículo 13, la expresión "por tanto" señala los versículos que preceden. En vista de su pasada liberación del pecado y la herencia celestial que les aguarda para el futuro, Pedro lanzó varios desafíos a sus lectores.
En primer lugar, Pedro exhorta a que los creyentes se ciñan "los lomos" de su entendimiento. En ese tiempo s usaban vestidos largos. Si alguien quería correr, trabajar o prepararse para cualquier otra actividad tenía que ceñirse las faldas para quedar más libre para la acción.
Pero en nuestro tiempo hay mayores desafíos. Si queremos trazar bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15) tenemos que prepararnos para la acción No hace mucho un pastor bautista rumano logró escapar del adoctrinamiento comunista, sólo para sucumbir después ante la teología liberal. Al escribir a los corintios, el apóstol Pablo dijo: "Examinaos a vosotros mismos s estáis en la fe; probaos a vosotros mismos" (2 Corintios 13:5). Este es el deber continuo de cada creyente.
En segundo lugar, los cristianos deben ser "sobrios". Es decir, bien balanceados, con suficiente dominio propio, no intoxicados con lo último de la moda. Deben saber lo que creen y demostrarlo mediante una vida cristiana práctica y en constante espera de la pronta venida del Señor. Especialmente se les exige ser "santos".
Pregunta: ¿Podemos llegar a ser tan santos como Dios?
Las normas establecidas por Dios no han cambiado. El siempre ha insistido en que su pueblo sea santo (Levítico 11:44; 19:2; 20:7,26). El significado básico de esto es una separación, consagración y dedicación a Dios.
B. Purificados en la verdad
Pregunta: ¿Cuál es el propósito de esta purificación?
La nueva vida de santidad del cristiano es posible por medio del sacrificio del Calvario. Uno de los propósitos de la limpieza y la purificación mediante la Palabra es hacernos canales para que fluya el amor de Dios. Los tiempos cambian, así como también las cosas materiales. La belleza, la sabiduría y la gloria terrenal son cosas pasajeras. Pero la Palabra de Dios es eterna e inmutable. Sigue siendo la única forma en que podemos ser salvos (2 Timoteo 3:15).
Enseñanza práctica
No hay expresión más clara en la Biblia que las palabras de Dios en Levítico 11:44: "Vosotros...seréis santos, porque yo soy santo." Esto explica claramente que nuestro modelo de santidad no es otra persona sino Dios. Una de las peores actitudes de los cristianos es compararse con otros. Para empeorar las cosas, todos buscan los peores, no los mejores ejemplos. No hay nada más agradable para la carne que pensar; "Yo soy tan bueno como fulano, y él es un miembro activo de la iglesia." Dios no nos juzgará basado en lo que otros hicieron o dijeron. El dijo claramente que su propia santidad es el modelo nuestro. Cualquier modelo humano es imperfecto.
La santidad no es algo etéreo. No es una "nube mística" fuera de lo real. La santidad se practica cada día de la vida. Ser santo es vivir como vive Dios.
Practicar la verdad
Santidad es la voluntad de Dios para cada Cristiano. Cristo debe manifestarse siempre en nuestros actos, nuestros sentimientos y nuestras actitudes. Esto sólo es posible cuando nos dejamos guiar por las enseñanzas de la Palabra de Dios y el impulso poderoso del Espíritu Santo. Dios nos ha dado
Espíritu como nuestro Guiador inseparable.
Énfasis evangelístico: No puede haber una vida de santidad sin una entrega personal a Cristo como Salvador. Sólo después de aceptar al Señor en nuestro corazón y dejarnos guiar por el Espíritu Santo podemos vivir santamente. Dé una oportunidad para que acepten a Cristo los que no lo hayan hecho todavía.